martes, 30 de octubre de 2012

American Digger: Trágame Tierra!

       Todavía recuerdo esa época mágica de fines del milenio pasado, Y2K mediante, cuando los grandes medios masivos de comunicación y entretenimiento hablaban de los Reality Shows como el futuro de la televisión; y justificaban dicha declamación alegando que el público se había cansado de la ficción, querían ver a gente real haciendo cosas reales.

       En realidad, valga la redundancia, el tema de los "realities" habia arrancado un par de años atrás en la década del '90 cuando MTV decidió poner al aire un programa llamado "The Real World", que trataba básicamente sobre un grupo de chicos y chicas viviendo bajo un mismo techo un sinfín de situaciones "estándar" según la interpretación de los directivos de la cadena. 20 años y varios volantazos -todos para peor- después podemos hablar del reality más longevo en la historia de la televisión (va por su 27ma temporada) y el supuesto precursor en materia realities. Así que ya saben, otra cosa por la cual podemos agradecer a MTV en su carrera por arruinar mentes desde la generación X en adelante.


       Claro que la explosión del formato en sí llegó a fines de 1999 y principios del 2000 con Gran Hermano, programa que se le ocurrió a un Holandés de nombre John de Mol y a quién demasiadas personalidades del "showbizz local" le deben muchísimo, ya que si fuese por lo que comúnmente se denomina "talento" dificilmente les hubiesen dejando  acercarse a una cámara o inclusive caminar por la vereda de algún estudio de televisión.

       Esta -para muchos seguramente- larga introducción viene a cuento de lo siguiente: desde un buen tiempo hacia acá, por cuestiones que podríamos definir bajo el rótulo de " la convivencia" (y sin ninguna verguenza lo admito), me encuentro expuesto más de lo deseado al formato reality. Y a pesar de reconocer que alguna que otra cosa llama mi atención de vez en cuando, se me hacen cada vez más evidentes dos cuestiones: por un lado, lo poco de "real" que conforma lo ofrecido actualmente por los realities, por no decir absolutamente NADA; y segundo, el nivel de absurdo que manejan las premisas que de dichos realities llega a niveles IN-CRE-I-BLES.

      El más reciente especimen, que sirve de ejemplo para aquello que intento exponer, es un nuevo programa/reality llamado American Digger (castellanizado como "Excavadores de Tesoros"), el cual en nuestro país pueden ver por la señal Infinito. Aquí la presentación del show:


       Lo sé, lo sé...parece un parodia dentro de esos mini gags que podría pertenecer tranquilamente a cualquier episodio de Family Guy, pero no...esto es real! (valga nuevamente la redundancia). Cómo explica la presentación del show -con explosiones de fondo y camaras girando 360º alrededor de los personajes de por medio- se trata de un ex luchador profesional que dirige la compañía recolectora de reliquias perdidas más grande del país (sic); seguramente uds. esperaban que se tratase de un renombrado arqueólogo o tal vez un historiador con cierto gusto por la aventura, pero no. No menos cuestionables son las "habilidades" de ciertos integrantes del equipo: un especialista en recuperar items (menos mal, tener a alguien sin habilidad en recuperar cosas en tareas como las que enfrentan sería un tanto complejo), un especialista en tecnología o técnico especialista (ninguna de las dos definiciones deja muy en claro cuál es su utilidad dentro del grupo), y un historiador especializado en campos de batalla (porque aparentemente las reliquias más importantes se estarían encontrando en campos de batalla de épocas de antaño).

El Equipo de Primera. Con habilidades únicas.
       Si sus roles y aptitudes parecen poco claras, las razones por las cuales se  dedican a esta suerte de caza arqueológica son aún menos honrosas: todo lo que encuentran lo venden al mejor postor, y el dueño del terreno en el cual trabajaron recibe un porcentaje de las ganancias. Eso de recuperar reliquias para donarlas a un museo o permitir que la gente tenga acceso a ellas como una forma de conocer usos y costumbres de culturas del pasado...es para los giles viejo! Acá lo que importa es la pla-ti-ta! (haciendo el gestito de una mano apoyada sobre la otra para dar énfasis). Es por este motivo que el programa recibe desde su estreno muchas críticas provenientes del campo de la arqueología y los especalistas en la materia que no avalan ni los métodos utilizados ni tampoco los objetivos últimos de estas actividades.

El Objetivo Último. Ganar suficiente dinero para
poder comprar calabazas y decapitarlas.
        Por otro lado, y volviendo a la cuestión de lo poco real en tanto "reality", resulta poco creíble que en todos y cada uno de los episodios encuentren "tesoros" y los puedan vender a buen precio. ¿nunca les pasa de tener la mala suerte de haber elegido un lugar del cual no pudieron sacar nada rentable?¿tan buenos son? Se huele un terrible tufillo a capítulos guionados, más de lo que se suele percibir en cualquier reality estándar. He visto al menos cuatro capítulos seguidos y en todos la mecánica es la misma: ubicar un lugar donde posiblemente haya reliquias antiguas, acordar un porcentaje con el dueño del terreno, cavar varias horas metiendo un poco de suspenso respecto del poco tiempo restante y lo poco que avanzaron/el dinero que están perdiendo, encontrar reliquias y una reliquia "especial" que vale más que el resto, ir a un comprador de reliquias y regatear el precio de venta, llenarse de plata, fin. Estos cinco o seis pasos se repiten a rajatabla capítulo tras capítulo. Soy consciente que todo programa tiene una guía sobre la que se apoya y un curso de acción; pero en este caso me parece demasiado, resulta difícil no mantenerse incrédulo frente a algo expuesto ante nosotros tan toscamente como esto.

   

       De la misma forma soy consciente también que al no ser quien escribe un fan ni mucho menos del formato realities, me encuentro más que reacio a recibir de brazos abiertos este tipo de propuestas televisivas. No les voy a negar que gente caminando en cámara lenta con unas buenas explosiones de fondo y un gordo tirando latiguillos como "Boooom Baby!" me resulta divertido como a cualquier hijo de vecino...pero mi simpatía ante el exceso de estas cosas tiene un límite muy real y concreto (valga la redundancia una tercera y última vez)...y American Digger lo traspasó ampliamente!

Insuficiente. Una de las pocas veces en que caminatas en cámara lenta y explosiones de fondo
no alcanzan para salvar a un programa del fracaso total.



Saludos y hasta la próxima!