sábado, 29 de diciembre de 2012

El Mundo Sin Mí (cierre de año)

       Este es oficialmente el primer post que hago en el  blog relacionado minimamente con las fiestas, el fin de año, balances y resúmenes, etc...ustedes saben, todas esas cosas que se deberían hacer durante estas fechas pero siempre suelen quedar en el tintero entre el frenesí de consumo de la noche de los shopping, el resumen de fin de año de TyC Sports, las cenas y reuniones de fin de año, sobrevivir el apocalípsis Maya, terminar de definir donde pasamos el 24 y 31 a la noche y averiguar que nos toca llevar de postre.
Bill Murray haciendo básicamente
de...Bill Murray.-

       Siendo sincero mi objetivo concreto no es que este post funcione como resumen ni balance, sino más bien como una excusa válida para hablarles de películas, como suele suceder la mayoría de las veces en este dominio del puntoblogspot. Y este caso quiero hablar de películas de temporada navideña, esas películas hechas para contagiarnos el buen espíritu de las fiestas.

       A mi señora madre le gustan mucho las películas "navideñas" por así decirles, a tal punto que tiene su película favorita para la temporada: Los Fantasmas Contraatacan (Scrooged, 1988), donde un Bill Murray (el chistoso de Los Cazafantasmas, si...ese) encarna a un malo y avaro presidente de una cadena de televisión que es visitado por los fantasmas de las navidades pasadas, presentes y futuras, en un intento de hacerlo reflexionar respecto de su falta de bondad para con el prójmo; en una suerte de relectura moderna del cuento clásico de Dickens. En casa de mis padres se la suele ver todos los años alrededor de estas fechas, y algunos años atrás tuve la suerte de poder conseguirla en DVD y regalarsela a mi mamá, permitiendo que el avance tecnológico en materia de entretenimiento hogareño nos permita mantener viva la tradición...y ahora en calidad digital.


       Hay muchas películas navideñas para ver: desde Mi Pobre Angelito (un clásico de mi generación, todos queríamos ser Kevin McAllister de chicos) pasando por Duro de Matar (transcurre en navidad, técnicamente encaja en la lista) hasta Vacaciones de Navidad con Chevy Chase. En estos días cumplí con una tarea que tenía pendiente desde hace mucho tiempo, la cual era ver una película considerada por muchos dentro de este mini género como LA película (si si, con mayúsculas) de temporada navideña: It's a Wonderful Life, o "Que Bello es Vivir!" como se la conoce en castellano.
 
       La película probablemente sea una total desconocida para la mayoría de nosotros -después de todo, es del año 1946, ni siquiera nuestros padres había nacido todavía- pero la cuestión central de la historia no lo es tanto, ya que a partir de este film se volvió una suerte de temática recuerrente dentro de este universo "navideño"; al punto tal en que es difícil distinguir la fina línea que divide donde termina el homenaje y comienza el plagio.


       Cuenta la historia de George Bailey, un hombre (interpretado por el enorme Jimmy Stewart, actor fetiche de Alfred Hitchcock) que ha puesto durante toda su vida -desde su joven niñez inclusive- el bienestar de los demás por sobre el suyo, dejando de lado sus sueños y ambiciones en pos de ayudar a su familia y amigos, su pueblo, su comunidad. Pero al verse inmerso en una situación de la cual no parece tener salida, desea no haber nacido o existido jamás; y es en ese preciso momento cuando recibe la visita de un ángel que le enseña como sería el mundo si él jamás hubiese existido.

Este pequeño fragmento de la película podría ser considerado por algnos puristas como un pequeño spoiler, pero representa de forma clara la cuestión central de la película a la cual hago mención:


       No debo ser el único que se ha preguntado alguna vez como sería el mundo si uno no hubiese existido; supongo que forma parte de ese diminuto ego que todos llevamos inconscientemente dentro nuestro, el cuál nos genera la curiosidad de querer saber cuan distinto podría llegar a ser el mundo sin nosotros en él.  En el caso de la película en cuestión, sirve para que el señor Bailey compruebe de primera mano como sería la vida de todas aquellas personas que lo rodean si él jamás hubiese sido.

       Por si estaban preocupados, les puedo decir que es una historia con final feliz obviamente -o alguna vez vieron una película navideña con final triste?- y si prestaron atención al clip previo que les enseñé habrán sabido detectar esa suerte de resumen/moraleja que nos deja el personaje del ángel (el viejito de sombrero),  cuando termina diciendo a George Bailey: "Strange, isn't it? Each man's life touches so many other lives. When he isn't around he leaves an awful hole, doesn't he?", algo así como que la vida de un hombre toca las vidas de muchas otras personas y cuando no está deja un agujero horrible...y este pensamiento expresado en palabras tan simples funciona de forma similar a la teoría de los seis grados de separación, según la cuál todos estamos conectados con el mundo entero por medio de seis personas. Pero no los quiero aburrir con mi extendidísimo conocimiento de teorías sociológicas (sarcasmo mode: ON).

Poster original del año de estreno de It's a Wonderful Life.-
         Sintetizando: en estas épocas de cierre, balance y reflexión me parece una película digna de mencionarles, con un espíritu amable, la excusa perfecta para llenarnos el corazón recordando que más allá de los problemas que todos podamos estar atravesando y las complicaciones que la vida puede llegar a tener esperándonos a la vuelta de la esquina, lo más importante siguen siendo las personas que nos acompañan en este mundo y lo imprescindibles que son para "nuestro" mundo, de la misma forma que nosotros lo somos para ellos.

       De este modo les deseo que terminen el año de la mejor forma, junto a las personas que hacen mejor y único su mundo, y tengan un 2013 lleno de múltiples alegrías para compartir!


Saludos y hasta la próxima!


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Una de Vaqueros (Con las Botas Puestas)


En el mes de noviembre se cumplió aquella maldición que sufre este impopular blog, que dicta que nunca se puede completar un año entero con al menos una publicación al mes. Nuevamente un item a mejorar en el ya inminente 2013, profecía Maya de por medio.

Gracias!
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       Sin ánimos de que esto sea interpretado como una mini clase/reseña sobre uno de los géneros del Cine Clásico Norteamericano, hoy quiero compartir con ustedes mis reflexiones respecto de una de las películas de mi Top 20 o tal vez Top 10 de todos los tiempos, y en particular sobre un género en el cual me introduje ya de grande: el Western.

       Considero al Western un género lejano a mi generación -tan lejano como el lejano oeste si se me permite el juego de palabras altamente redundante- que en realidad identificamos más con nuestros abuelos y sus películas de sábado a la tarde en la tele de aire que directamente con nuestros años de infantes. La nuestra fue una generación que si tuviesemos que identificarla con géneros determinados, supongo deberíamos hacerlo con la nueva ola de la Ciencia Ficción (Star Wars a la cabeza) y el Terror (de Halloween en adelante lo que gusten), ambas subidas a caballo de toda una nueva escuela de efectos especiales y magias varias de "detrás de cámara". Si, seguramente vimos comedias, acción, drama y demás siendo chicos; pero creo que las pelis "fantásticas" son las que más nos quedan en la memoria.

       La película en cuestión se llama The Searchers (o "Más Corazón que Odio" o "Centauros del Desierto" dependiendo del tipo de traducción que encuentren) y la protagoniza un tal John Wayne, tal vez les suene familiar el nombre. La historia, bien simple: un grupo de indios Comanche secuestra a la sobrina de Ethan Edwars (interpretado por Wayne) y asesina al resto de la familia; entonces Ethan se dispone a ir en búsqueda de su sobrina desaparecida.

Aquí el trailer, para clarificar un par de cosas:


        Dentro de la simpleza inicial de la historia, los pequeños detalles le agregan complejidad a esta estrucutra simple de "secuestro seguido de rescate" . Ethan Edwars es un soldado del bando de los derrotados durante la Guerra de Secesión en E.E.U.U., que vuelve a casa de su hermano 3 años después de finalizada la guerra. Ethan es un hombre que perdió su lugar de pertenencia, y no se haya dentro del nuevo orden de ese país que se encuentra en construcción, esta fuera del sistema. El buen Western -además de contar historias entretenidas de tipos que disparan a otros montando caballos- cumple un rol fundamental en la cinematografía estadounidense al momento de contar el origen del país, sus raíces, la construcción de "A Great Nation" (como le dicen allá). Independientemente de la simpatía que cada uno pueda llegar a tener o no respecto del país del norte, encuentro interesante la forma de retratar su propia historia através de un género.
 
El "Duque" y su cara de pocos amigos.

       La trama se vuelve espesa cuando la búsqueda comienza a consumir años de la vida de Ethan, y este comienza a sospechar que de seguir viva su sobrina con los Comanches es muy posible que ya haya adoptado su forma de vida y costumbres; el personaje de Ethan guardia un odio recalcitrante hacia toda persona que no sea de raza "pura" por así decirlo, y en particular hacia los Comanches (cuestión muy bien desarrollada desde el guión). Entonces su búsqueda es una contradicción en sí misma: quiere encontrar a su sobrina, pero bien podría no querer hacerlo. Es acá donde la idea de traducir el título original a "Más Corazón que Odio" tiene bastante sentido, en particular si prestamos atención al poco empeño que se pone en nuestro país a la hora de castellanizar el título de la mayoría de las películas foráneas conservando su sentido original.

       Otro elemento que vuelve atractivo al Western desde el punto de vista del espectador es la imagen. La mayoría de los títulos del género filmados a color hacían uso del Technicolor, un formato de película muy particular, cuyos colores saturados  dan un aspecto muy particular a la imagen, casi mágico diría, como si uno estuviese mirando una pintura muy realista (para más ejemplos ver El Mago de Oz o Cantando Bajo la Lluvia). Y el VistaVision, un formato de film que permitía capturar un tipo de imagen más amplia "horizontalmente" -o más widescreen para hablar con propiedad-, retrataba de muy buena forma los escenarios naturales del desierto, las montañas y los cañones; la imagen del Western es imponente, la inmesidad que retrata através de la imagen impacta.
 
Vistavision + Technicolor a enésima potencia!

ALERTA: de aquí al final todo será un terrible Spoiler! Queda ud. debidamente notificado.

       A fin de cuentas, cuando nuestro amigo Ethan logra recuperar a su sobrina -una joven adolescente Comanche- tras años de búsqueda, es justamente su corazón el que vence en última instancia al odio; la entrega a una familia amiga para que cuide de ella y sigue su camino como pueden ver acá:

         
      Esta escena final, con la puerta enmarcando la imagen, es marca registrada del director de la película John Ford, considerado el director del cine western por antonomasia; necesitaríamos un post aparte para poder hablar con propiedad del Sr. Ford. Esta imagen de una puerta (o una ventana veces) esta presente en muchas oportunidades en el film... Y en este caso cumple un rol netamente simbólico: Ethan entrega a su sobrina en la puerta de la casa, todos entran excepto él, que se queda afuera porque sabe que no pertenece a ese mundo, un mundo que -como dijimos al principio- ya no tiene lugar para él. Todos los personajes van saliendo de cuadro como si viésemos una obra teatral y un escenario que se vacía.

       Por otra parte esta película también marca el ocaso del Western como género épico y popular que definió una era; y en ese sentido Ethan en el umbral es también el reflejo del fin de un arquetipo de personaje, quien ya no tendrá ese lugar de privilegio en el cine, y sabe que ya no puede entrar. La postura de este hombre que pega la vuelta y termina caminando hacia la nada al cerrarse la puerta-a diferencia del hombre galopando hacia el ocaso del Western en modo "happy ending"- podría decirse que me produce melancolía, y eso es lo que para mí define al Western, una nostalgia llena de melancolía...pero la melancolía más épica que jamás podríamos llegar a imaginar.


Saludos y hasta la próxima!