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Si, podría decirse que la mayoría de los que tenemos entre 27 y 35 años vivimos nuestra infancia influenciados por la cultura de los ochentas (tema recurrente si lo hay este impopular blog). La ropa, la música, los juguetes...y las películas. Seguramente guardamos los mejores recuerdos de joyas del cine de esa época como ser Volver al Futuro, Karate Kid, Rocky, E.T., etc...entre muchas otras.
Pero las películas de los ochentas también son responsables de hacernos creer en las cuestiones más inverosímiles posibles, como por ejemplo que el peor equipo de la liga (del deporte que sea) llegue a la final, que la chica mas popular del colegio tenga un interés genuino por el nerd de la clase, que la más fea se convierta en la más linda y los niños se hagan amigos de una forma de vida alienígena sin riesgo de contraer ningún virus interplanetario mortal para nuestra raza...Expuestos a esta suerte de altruismo cinéfilo es casi imposible que no seamos una generación de soñadores empedernidos, obsesionados con alcanzar lo imposible.
Y la mayoría de estas películas logran representar ese "alcance de lo imposible" mediante un recurso particularmente acuñado en la década: la secuencia de montaje. ¿Qué és esto? es eso que vemos que pasa en este tipo de películas cuando nos quieren mostrar -en forma bastante resumida- como el protagonista o héroe en cuestión logra en cuestión de minutos aquello que al resto de los mortales tal vez nos llevaría seguramente varios años...y hace esto siempre acompañado por una canción de fondo que eleve su espíritu junto con el de nosotros los espectadores. A continuación un par de ejemplos clarificadores:
Si Rocky puede, vos tambíen! |
La Venganza de los Nerds - Limpiando la casa
Un primer ejemplo bastante simple. Nada menos inspirador que tener que limpiar la mugre de tu casa, no? bueno, si le ponés una canción bien arriba seguro podés dejar tu casa impecable en 38 segundos, como hacen los nerds acá...
El Secreto de mi Exito - Ascenso meteórico empresarial
Imposible referirse a los ochentas sin mencionar al enorme Michael J. Fox, van juntos como pan y mantequilla, como dicen los malos doblajes al castellano...y en este caso su personaje se hace pasar por quien que no es para convertirse en ejecutivo dentro de esas corporaciones monstruosas que ocupaban edificios gigantes en la Nueva York ficcional de mitad de los ochentas (como en Secretaria Ejecutiva por ejmplo). Y esta metamorfósis profesional la atraviesa de forma simpática en no más de tres minutos...
Rocky III - Entrenamiento
Posiblemente la saga de Rocky sea la responsable por esto que hoy llamamos secuencia de montaje, en especial en películas relacionadas con algúna disciplina deportiva. En todas las películas de la saga tenemos una secuencia de entrenamiento; elegí la de Rocky III porque pienso que tiene varios elementos dignos de destacar: Silvester Stallone corriendo en camara lenta y usando un top negro de entrenamiento, Apollo Creed (una suerte de Mohamed Ali transformado por la maquinaria propagandistica del "American Way of Life" y hecho personaje), mucha transpiración y dos tipos musculosos abrazándose afectuosamente a la orilla del mar con cara de realizados...no, no era considerado GAY en ese entonces...era el tipo de fraternidad estándar entre hombres de los ochentas, no sean homofóbicos che...
Karate Kid - Sos el mejor...y punto
Pregunta: ¿Cómo puede un chico de catorce años sin un físico considerable ni años de entrenamiento en artes marciales ganar un torneo de Karate? La respuesta al acertijo es fácil gente: con una canción de Joe Esposito que te dice que sos el mejor del lugar y que NADA te va a parar...hace falta algo más?
Tener a Elizabeth Shue hinchando a favor seguramente también puede llegar a inclinar la balanza para tu lado, no por nada tambíen fue novia de Marty McFly, la debe saber lunga con eso de andar con tipos winners...pero...¿sostener todas tus esperanzas en un chino jardinero y una patada "especial" que una vez le viste hacer y te pinto improvisarla en la final del torneo?
La táctica ganadora de Daniel San. |
Si había un denominador común en este tipo de películas -y otras de las más exitosas de los ochentas- era la exacerbación desmedida de esa idea según la cual no importaba si estabas calificado para el trabajo, si la casa estaba venida abajo, si estabas fuera de estado o eras un queso para los deportes...si tenías más de tres minutos de reloj y una canción pegadiza que eleve tu espíritu podías aprender mandarín, convertirte en físico nuclear o ser astronauta, o lo que sea...
Pienso que por esta razón muchos de nosotros nos frustramos tanto cuando las cosas no nos salen como queremos; porque en estas películas lo hacían todo tan pero tan fácil que parecía mentira (obviamente lo era) y fue con esa lógica fantástica que muchos de nosotros seguramente crecimos. Entonces cuando las cosas no me salen como deberían, o pienso que todo es una porquería no me enojo ni me deprimo...me gusta pensar simplemente que todavía no encontré la música pegadiza para mi secuencia...y ojo cuando la encuentre.
Saludos y hasta la próxima!
1 comentario:
Me acabás de abrir los ojos al camino de la verdad, dejaré de frustrarme y me dedicaré a buscar mi soundtrack para la secuencia en la que me vuelvo rica y exitosa en sólo tres minutos (con Reduce Fat Fast) :-D
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