sábado, 13 de noviembre de 2010

Aquí Hoy (la crónica Beatle menos pensada, o no...)

Corría diciembre de 1993 en una Argentina en pleno furor efervescente menemista, con fiebre de shows internacionales Clase A: Michael Jackson, Madonna, Red Hot Chili Peppers, Guns N' Roses...Mis viejos me llevaron a ver OBVIAMENTE a Michael Jackson en Octubre de ese año; y debo decir que cualquier show en el que el artista cierre su presentación volando sobre la audiencia con un jet pack en la espalda es indiscutiblemente un excelente show...

En Diciembre del mismo y agitado 1993 vino un tal Paul McCartney a nuestro país, y en mi casa eminentemente beatlemaníaca no era un hecho que pasase desapercibido. Desgraciadamente, a pesar de lo que mucha gente recuerda (o prefiere recordar), los primeros años del menemismo no fueron para todos de pizza con champagne, mi casa no era la excepción y vivíamos bastante ajustados, una realidad que inclusive a mis cortos 11 años de ese entonces no escapaba mi comprensión. Después del esfuerzo de mis viejos por llevarme a ver al Rey del Pop, una nueva inversión de ese nivel estaba bastante fuera de las posibilidades; por lo tanto las semanas previas al show de "macca" estuvieron envueltas en la incertidumbre de "que hacemos? compramos entradas? vamos o no vamos?"


El mismo día del último show que daba Paul mi viejo se decidió y me preguntó "vamos? nos la jugamos a ver si conseguimos entrada?" Obviamente accedí,  y un domingo nublado con amenaza de tormenta enfilamos para el monumental; si, en esa écopa pre-ticketek y pre-service charge  y pre-compra por inernet no era tan descabellada la idea de ir a sacar entradas el mismo día del show, por más que de un ex-Beatle se tratase. Lamentablemente no tuvimos suerte...y siempre nos quedamos con la incertidumbre de saber si algún día volveríamos a tener la chance de ver y escuchar a un Beatle con nuestros propios ojos y oídos. (ahora viene la parte "para arriba" del post, lo juro...banquenme!)

Por suerte algún iluminado productor de shows y espectáculos pudo comprender que no de Jonas Brothers, Daddy Yankee y Black Eyed Peas vive solamente el público argentino y acomodaron dos fechas entre medio de las que ya estaban armadas para Brasil, y nos dieron la posibilidad que muchos no tuvimos antes de ver a uno de los Fab Four.

No voy a ser hipócrita, los que me conocen y han hablado mínimamente conmigo del universo Beatle saben que Sir Paul McCartney es mi Beatle menos preferido; siempre me pareció vanidoso, siempre me burlé de sus formas extremadamente payasescas de querer parecer un pendeviejo en las fotos haciendo muecas y gestitos, y otras...en fin, para ponerlo en un nivel muy simple, siempre me dió muy careta el tipo, soy honesto.


De todas formas no pude más que vivir los días previos con mucha impaciencia; y aun así fuí al show esperando obviamente ver un enorme espectáculo que seguramente me iba a emocionar, pero con alguna incertidumbres del tipo "estará realmente para tocar tres horas seguidas? seguirá teniendo la voz en condiciones?" por más que sea McCartney, habré quemado innecesariamente una suma obscena de dinero???"...(esta última pregunta habrá cruzado la cabeza de más de uno supongo)

Esta clarísimo que una vez arrancado el show todas las dudas posibles se disiparon...tenía delante mío a un Beatle! a un pedazo de la historia de la música...pero más que nada a un pedazo importantísimo de MI historia y de muchos de los afectos más caros a mi persona. Yo tenía muy claro que en algún momento del show me iba a quebrar, y fue cuando sonó "Let Me Roll It" que no es precisamente uno mis temas preferidos, fue el sexto o séptimo tema creo; pero fue recién en ese momento cuando pude apreciar por completo lo que estaba viviendo...y si, no me averguenza decir que de ahí en adelante, en más de una ocasión se me cayeron las lagrimas, pero siempre como un hombrecito eh, ojo...porque llorar por cosas así SI es de hombre!

Realmente pude ver que tenía delante mío a un tipo sencillo, que hace casi 50 años se sube a un escenario a entretener a la gente...en un momento le dió calor y se sacó el saco diciendo "este va a ser el único cambio de ropa de TODO el show", se quedó en camisa y tiradores (que tiradores por diosss..un grande!)...y lo único que podía pensar era (si, si...ya saben la que se viene): ¡En TU cara Lady Gaga! dale, seguí poniéndote vestidos de carne de lombriz y haciendo 30 cambios de vestuario con 130 bailarines de fondo! No existissss! (cual cantito de cancha)


(cuento hasta 10, me relajo y sigo...)

Y es justamente acá donde nos cae la ficha de que todo pasa por la música; el escenario no era humilde ni mucho menos, pero estaba lejos de la infraestructura de un show de Madonna o U2...y estaba perfecto por que no lo necesitaba; era un tipo con un enorme bagaje encima, acompañado por dos guitarras, un teclado y una bateria. ¿Quién necesita más cuando con un piano de cola y su voz te puede dar una versión impecable de "The Long And Winding Road"? o pararse sólo frente a 60,000 personas con una guitarra acústica y hacer "Here Today" (escrita en honor a John Lennon, una conversación imaginaria entre ellos según el mismo PMc)...Obviamente el Show tuvo sus "cositas" de show grande, como toda la pirotecnia de "Live And Let Die", pero pasaba a un segundo plano cuando pensamos que interpretó otras 35 canciones sin tanta parafernalia...


Nada se compara con poder escuchar del propio artista todas esas canciones con las que creciste y te criaron; y nada se compara con poder compartir todo eso con toda la gente que tiene tu misma pasión o la comprende con solo mirar las caras que ponés o como "movés la patita" cuando lo escuchás...tuve la suerte de tener a mi novia al lado (le gustan los Beatles pero esta en entrenamiento, es como un Padawan Beatle), dos de mis mejores amigos a unas filas de distancia y otro un poco más lejos, mi hermana y mis padres (a quienes les debo encarecidamente la herencia del Gen Beatle) en una tribuna...la experiencia para mí fue una suerte de comunión.

Las canciones no fueron una novedad, son las mismas que escuchamos miles y miles de veces...pero el señor sigue teniendo una voz impecable, no se bajó del escenario ni por un segundo ni se tomó un respiro (como alguien me hizo notar, ni siquiera tomo un sorbo de agua); yo temía que se "guardara" un poco porque al otro día también hacía show, pero  no, en terminos fulboleros la descoció...si, si, no esperen de mi una crónica tipo Rolling Stone, o que les detalle el Setlist del show ni nada similar, eso saquenlo de otro lado...


Y uno se queda satisfecho, realmente satisfecho...en mi caso particular en paz, una paz llena de emoción; porque es de esas cosas que al menos en mi escala de valores van de la mano con los ultra cliché "plantar un arbol, tener un hijo y escribir un libro"...no soy tan niño pero me quedan un par de años por delante para desatar mi casta sobre el mundo, no escribí un libro pero (tmb soy joven para esto aún che) al menos puedo torturar a los visitadores de la red de redes esporádicamente escribiendo desvarios a antojo en este impopular blog, y la jardinería dudo que sea lo mio así que ese item lo descarto sin que se me mueva un pelo...pero al menos ya puedo tachar el que dice "Ver a un Beatle".


Saludos y hasta la próxima!