martes, 30 de septiembre de 2014

Guardianes de la Nerdencia


      Para todos los nacidos a fines de los 70s y principios de los 80s, esta segunda década del siglo XXI reboza de productos cinematográficos que apuntan al geek nostálgico que muchos llevamos dentro: La Película de Lego, El Planeta de los Simios, todas las películas del universo Marvel y Pixar y sus  diversas ramificaciones, Transformers, Spider Man, Batman, Superman, Sin City, Los Indestructibles, Las Tortugas Ninja, etc... y lo mismo puede decirse del universo comprendido por la pantalla chica: The Flash, Gotham, The Walking Dead, Lost, Regular Show, Del Crepúsculo al Amanecer, The Big Bang Theory, y la lista puede continuar ad-eternum.

Los hitos de hoy, fetiches del mañana?.-
     ¿En qué momento le cayó la ficha a los que manejan los destinos de los productos comerciales masivos respecto de cierto nicho de espectadores que se les estaba escapando y resultaron ser grandes consumidores?

       Volviendo al plano nostálgico, esta era de las producciones mega-pochocleras se parece bastante a lo que sucedía en los 80s: cualquier idea puede ser buena, sin importar cuan descabellada sea ni de donde viene, ni quien la trae. En los 80s nos hicieron amar películas con extraterrestres de dedos luminosos, arqueólogos aventureros perseguidos por bolas de piedra gigantes, mascotas exóticas que no debían ser alimentadas después de la medianoche, patinetas voladoras y autos que viajaban en el tiempo, niños revoltosos en busca del tesoro de un pirata mitológico y algún que otro desvarío de ese estilo... mundos fantásticos con los que nos criamos, ya sea frente a una pantalla de cine o al calor del VHS.

       Si bien es verdad que hoy día la mayoría de lo que vemos en la pantalla grande es una remake, secuela, precuela o adaptación de novela gráfica o literaria del último best seller infanto-juvenil -cuestión denostada en más de una ocasión desde este impopular pasquín- no hay que perder de vista el hecho de que hay un público cautivo, agazapado y esperando el día de estreno para agotar las entradas de cada una de estas producciones. Podemos estar o no de acuerdo con el tenor "artístico" de estas realizaciones, las hay mejores y las hay peores, pero no hay que dejar de destacar el hecho de que contamos con un espacio enorme para ciertas ideas que hace un par de años hubiesen sido desechadas inmediatamente por no ser lo suficientemente realistas o "adultas".

Algunos de los hitos propulsores de la nerdencia nostálgica.-
    Esto nos lleva a preguntarnos, ¿Qué son los adultos? ¿Quiénes caen dentro de la categoría "adultos" en este momento? Podría decirse que todos los que nacimos entre 1977 y 1985 somos al día hoy adultos, mal que nos pese. Los nacidos después de esta fecha caerían dentro de la categoría jóvenes adultos, post-adolescentes, o como prefieran, la psicología moderna nos da la derecha en este aspecto-. Por ende nosotros, los nuevos adultos, nos criamos viendo películas con un espíritu que guarda muchas similitudes con las películas más comercialmente exitosas de la actualidad; por ende es lógico que seamos junto con los adolescentes el grupo etario que más concurre a una sala de cine, porque la mayoría de las producciones en cartel nos interpelan. 

       Y esta cuestión de la adultez es palpable también del otro lado de la pantalla. Quienes hoy son los realizadores más exitosos y más requeridos por los estudios crecieron alimentándose con una dieta concisa de Spielberg, Lucas, Carpenter, Joe Dante, Ridley Scott y Cameron, entre otros emblemáticos. Al mismo tiempo, estos directores también basaron su arte en aquello que más los movilizó en su niñez y adolescencia: esas películas de sábado por la tarde de ciencia ficción, con platos voladores que colgaban de hilos, monstruos gigantes derrumbando maquetas mal hechas, vampiros, momias y hombres lobo. Aquellos que hoy son realizadores con extensas carrera, reconocidos por la industria  y el público, pasan la antorcha nostálgica de lo fantástico a una nueva generación de soñadores.

Aquí un Top10 tan caprichoso como ilustrativo:



       No es caprichoso ni gratuito el mote de soñadores, porque si bien encontramos buen cine en todos los géneros que lo componen -drama, acción, suspenso, bélicas, biográficas, etc- no hay que olvidarse que una de las funciones esenciales del séptimo arte es transportarnos, hacernos viajar a mundos y situaciones fantásticas, vivir aventuras inimaginables sin movernos de nuestra butaca. Podemos decir que es una gran época para ser un fanboy, porque sabemos que nuestros sueños y fantasías están en buenas manos, o al menos en algunas buenas manos que también supieron en su niñez colgar un poster de Star Wars o Volver al futuro en su habitación. 


Saludos y hasta la próxima!