martes, 24 de julio de 2012

El Caballero de la Taquilla Oscura

       ¿Qué tienen en común Batman, la guerra contra el terrorismo, la tiranía de los medios masivos de comunicación, la NRA y el éxito de taquilla? El estreno inminente en nuestras pantallas (con una semana de retraso respecto del país de origen) del capítulo final de la saga del hombre murciélago, sumado a la más reciente tragedia ocurrida en la tierra de la libertad (léase EEUU), me obliga a reflexionar sobre algunas cosas que vienen sucediendo, conforme se acerca el lanzamiento de The Dark Knight Rises.

El poster oficial.
      Todo aquel que haya leído con mayor o menor asiduidad los desvarios volcados en este impopular blog, habrán sabido percibir mi poco entusiasmo respecto de este Neo-Batman hiperrealista, no voy a negarlo; así y todo voy a hacer un sumo esfuerzo por evitar que mis demonios internos hagan mella sobre las cuestiones que intentaré desarrollar en este post predestinado al olvido.

       Al día de hoy, y por razones obvias, es imposible hablar de The Dark Knight Rises (de aquí en más mencionada según sus siglas TDKR) sin asociarla directamente con la masacre de Denver, hecho en el que 12 personas perdieron sus vidas a manos de una persona que entró a una sala de cine donde proyectaban la película de Batman y abrió fuego contra ellos, y decenas de personas más que contaron con mejor suerte.

       La más reciente saga del encapuchado tiene como uno de sus ejes temáticos la batalla contra el terrorismo -cuestión siempre presente en el inconsciente colectivo global y (norte)americano desde el 9/11- sin importar que en la pantalla adquiera formas más subjetivas, las cuales en el universo Batman varían según el villano(s) de turno: Ra's al Ghul, el Espantapájaros,  el Guasón, Harvey Dos Caras, Gatúbela, Bane, etc. Así como el Batman de Adam West barría debajo de la alfombra las cuestiones serias de su época y se dejaba llevar por el camp y la psicodelia de la cultura de los 60's, este Batman del nuevo milenio se las tiene que ver con un mundo cruel y en estado constante de alarma, que perdió la inocencia. Difícil hablar de pérdida de la inocencia en el universo de un héroe nacido del cómic, no?

      En The Dark Knight (segunda entrega de la saga) la mafia de Cuidad Gótica contrata al guasón para que acabe con Batman, pero el guasón se les termina yendo de las manos e inclusive actuando en su contra. Cualquier similitud entre esto y el gobierno de EEUU financiando económicamente a insurgentes afganos en los 80's para combatir contra la ex Unión Soviética -afganos que luego se conformarían bajo el nombre de Al-Qaeda y cometerían el mayor ataque en tierra norteamericana de la historia, mordiendo la mano que les dió de comer- es mera coincidencia, verdad? Uno de los tantos geniales artículos que pueden leer en Cracked.com también apunta a esa forma extraña en que este nuevo Batman parece representar los anhelos ocultos de las mentes conservadoras de derecha cuando de la "guerra contra el terror" se trata.

Demasiada coicidencia? Why so serious?
       Pretender que una película que genera este nivel de expectativa no haga ruido en los medios es imposible. En la red se han visto desde hace casi dos años teasers anticipatorios, fotos filtradas desde el set de filmación, posters promocionales con imágenes de los héroes y  los villanos, miles y miles de páginas dedicadas a desarrollar hipótesis respecto de cual será el desenlace de la história, etc. La alta exposición respecto de un producto que aún no se estrena, nos lleva a dudar si se trata realmente de filtraciones accidentales o una astuta campaña de marketing, o ambas en simultáneo; no importa si la publicidad es mala o buena, es publicidad a fin de cuentas.

Nro.9 entre las 250 mejores películas de la historia, a sólo 4 días de su estreno.

       Del mismo modo, es muy inocente prentender que todo este bombardeo mediático no tiene como objetivo influenciar al potencial consumidor. Se vuelve un tanto evidente la intención de forzarnos a recibir con brazos abiertos un producto sin siquiera darnos la oportunidad de evaluarlo bajo nuestro propio juicio. Como le decía a un amigo hace unos días, cuando el esfuerzo por que "te guste" tanto algo se vuelve tan claro,  toda la movida se convierte en una suerte de profecía autocumplida...como cuando eras chico y te trepabas de una rama del árbol, y tu papá anticipaba: "te vas a caer...te vas a caer...", hasta que finalmente te caías, y recién ahí te decía "Visteee? Te lo dije". La moraleja sería: si se esmeran tanto en que algo te guste, usando todas las herramientas previamente mencionadas, lo más seguro va a ser que te terminará gustando. No crean que estoy tratando de insultar la inteligencia del espectador promedio ni nada parecido, sólo intento mostrar la forma en que ciertos mecanismos parecen funcionar dentro de los medios y la industria, a su favor obviamente.

Las notas de la sección "Espectáculos", sin ninguna intención de inclinar la balanza eh...ejem

Entonces, ¿qué sucede cuando el esteno comercial de la película más esperada del año cruza su camino con una masacre de alto impacto? Resultados curiosos.

Ningún candidato político (Léase: Obama-Romney) con aspiraciones presidenciales en EEUU -donde habrá elecciones en noviembre de este año- va a meterse  a tratar el tema de fondo, esa problemática eterna: la facilidad histórica al acceso de armas de fuego que reina en el país del norte; particularmente considerando el poder que tiene la National Rifle Asociation (NRA, asociación que nuclea miembros a favor de la portación y el uso de armas) en los estados centrales del país, sectores claves a la hora de una votación presidencial.

En la otra vereda tenemos a la Warner Bros, el estudio que produjo TDKR, que no suspendió las funciones ni modificó los cronogramas de proyección pautados en EEUU -hecho que sí sucedió con la premiere que iba a tener lugar en París el día posterior a la masacre- a pesar de los comentarios negativos surgidos a raíz de esta poco sutil decisión. El presidente Barack Obama podrá haber dado seis días de duelo nacional, pero el estudio sumado a las compañías de distribución y exhibición no se arriesgarán jamás a suspender funciones o hacer proyecciones en areas limitadas, siendo que el fin de semana de estreno de una película es determinante a la hora de medir el éxito/fracaso de una producción. El show debe continuar, por sobre todo y por sobre todos, los muertos también.

Mi intención no fué que haya un punto preciso al cual llegar con esto que acabo de escribir, ni una frase concreta con la cual cerrar este intento de reflexión; Pero siempre me resulta curiosa la forma en que este tipo de acontecimientos son percibidos por la gente, que muchas veces se paraliza por el terror del hecho en sí o se emboba con las lucecitas de colores, impidiendo que el árbol les permita ver el bosque. Ya sea que se trate de un bosque plagado de murciélagos...o uno lleno de locos por las armas.

Saludos y hasta la próxima!