lunes, 30 de junio de 2014

Mundialista

       Es un cliché y el más común de los lugares comunes imaginables: la vida es eso que nos pasa entre mundial y mundial. Si, obviamente la vida tiene muchas otras cosas disfrutables como ser una maratón de realities en MTV, el ciclo "Historias del Corazón" conducido por Virginia Lago en Telefé, una peli con un tiburón de dos cabezas, una película de un tiburón contra un pulpo gigantes y muchas otras variaciones de tiburones peleando contra otras entidades monstruosamente mal hechas en computadora. Pero el mundial le gana por afano a todo eso...


       A pesar de que ya era parte de este mundo para el momento en que Argetina ganó su última Copa del Mundo en México '86, no recuerdo ningún partido. Con solo cuatro años a cuestas apenas tengo recuerdos borrosos de salir a tirar papelitos a la calle, y nada más. Para el mundial de Italia '90 mejoré un poco: recuerdo pedazos del debut con derrota frente a Camerún y la final 0-1 contra Alemania, con las lágrimas de Maradona y la medalla del segundo puesto colgada en su cuello. Y sí, también recuerdo que ese día salimos a la calle a tirar papelitos.

      Llegado el mundial de Estados Unidos '94 ya era un futbolero de ley, vi todos los partidos de ese mundial y comencé a desarrollar una de mis tantas habilidades ínutiles, de esas que nunca me van a hacer millonario pero aportan a que sea una suerte de Rain Man de la redonda: puedo recordar casi con lujo de detalles cada uno de los partidos, selecciones, sedes y otras nimiedades relacionadas con el balón pie, y más en particular las que giran en torno a los mundiales. Conocimiento sustentado en la visualización de muchos partidos del torneo sazonado con video juegos alusivos, libros y los álbums de figuritas (item fundamental de todo fan incondicional del mundial). Todos se rien cuando lo cuento, pero mi conocimiento de banderas de otros países no viene a razón de que haya sido un alumno ejemplar en el colegio, sino gracias a todos y cada video juego de fútbol que jugué desde los 8 años (mis padres seguramente estarán inflando el pecho de orgullo en este momento, pensando en todo el dinero que inviertieron en mi educación).

El Mundial en casa se empezó a vivir con 
intensidad un mes antes vía Panini.



       Vivir el mes de la copa del mundo es una experiencia bastante similar a irse de vacaciones: se planifica desde hace mucho tiempo y sabemos que cuando llegue va a ocupar todo el protagonismo, se intenta saber hasta el más mínimo detalle para disfrutar a pleno, y por más goce que experimentemos, cuando estamos promediando las vacaciones nos empezamos a angustiar un poco por el hecho de que el final se acerca, y vamos a tener que esperar mucho nuevamente para repetir la experiencia. También nos pasa que cuando estamos de vacaciones no nos cuidamos tanto con la comida y las salidas, flexibilizamos horarios y rompemos la rutina, de la misma forma que durante el mundial extendemos almuerzos y corremos reuniones u otras actividades para no perdernos ni un minuto de Argelia-Corea del Sur. Uno espera que llegue el mundial durante mucho tiempo, y cuando finalmente sucede, la inmediatez no nos permite tomar verdadera dimensión del hecho.

       También por ese motivo está perfecto que el mundial se celebre cada cuatro años. A fines del milenio pasado corría el rumor de que Joseph Blatter (El No.1 de FIFA) quería imponer un mundial cada dos años. ¡Definitivamente no! Si hay algo que hace al mundial tan especial es que uno lo espera con mucha anticipación, no es algo de todos los días. Si lo tuviesemos cada dos o menos años se perdería la emoción, el marco de evento que se sabe es superior a todos los otros eventos deportivos del planeta. Si comemos pizza con cerveza una vez por semana es disfrutable... pero si lo hiciéramos todos los días perdería un poco de gracia, y además todos estaríamos críando barrigas legendarias.

       El mundial anterior marco un HITO para este impopular blog, ya que uno de los post relacionados con el Mundial de Sudáfrica 2010 cuenta al día de hoy con 2663 visitas, un número épico para un blog en el cual un post con 100 visitas justifica sacar el champagne del frizer para festejar con mi novia y mi mascota. Así que imaginense...

El post que generó picos de rating en este impopular blog.

       Sin ánimos de dejarme llevar por el exitismo reinante, este mundial de Brasil 2014 es el mejor mundial que recuerde haber visto con mi espíritu siempre revisionista, por un par de motivos, a saber:

*Nunca me tocó vivir un mundial TAN cerca geográficamente.
Es una satisfacción la cercanía y una tortura al mismo tiempo, por los costos
que representan dos horas y pico de avión, costo de entradas y estadía en un país al
que en cualquier otro momento se puede ir por una suma diez veces menor, literalmente.

*Todos los partidos son una invitación a la aventura.
A diferencia de otros mundiales, en este todos los equipos salen a ganar
(salgo rarísimas excepciones) y dejan la especulación de lado. Por eso se ven partidos
tan atractivos, llenos de goles y emociones en todos los registros. Finalizada la
 primera ronda ya se había superado la cantidad de goles hechos en Sudáfrica 2010.

*La tecnología y las comunicaciones.
El ojo de Águila es un aporte interesante para un deporte que nunca antes se había
animado a implementarlo, por temor a que le quite ese espíritu arrabalero del "y que hubiese
pasado si no hubiesen anulado ese gol?". Las redes sociales y la comunicación 2.0 también
modificaron la forma en que se viven el antes, durante y después de los partidos; el mundo se
ha llenado de pequeños especialistas en la materia. No significa que antes no los hubiera,
pero ahora tienen una plataforma que los proyecta! Y la mujer que antes comentaba con su
marido lo apretada que lleva la camiseta el 9 de Costa de Marfil, ahora puede expresar
todas su observaciónes en 140 caracteres.

Una de los cuestionamientos más comunes en época mundialista.
       Este también es el mundial en el que países no tan familiarizados terminaron de afianzar su vínculo con este deporte. ¿Sabían que en Estados Unidos los partidos de la selección de las barras y las estrellas tuvieron mas rating que las finales 2014 de la NBA y la Liga Mundial de Baseball? Según los analistas que entienden de estas cosas se debe a que hoy por hoy las generaciones más jovenes de norteamerica -conocidos marketineramente como los Milenials- nacieron en un país que ya había vivido su propio mundial de fútbol y había desarrollado su liga local. Esto sumado a una cada vez más presente comunidad latina en EEUU. El diario The New York Times sacaba en promedio un artículo por día relacionado con el mundial y su impacto en la cultura norteamericana. Representa todo un cambio de paradigma que un país en el cual siempre dominaron los deportes donde se anotan muchos puntos  y se glorifican las individualidades por sobre el equipo se haya tornado tan a favor de un juego que no suele tener muchas emociones por partido -comparando la cantidad de goles en un partido contra la cantidad de puntos en un partido de basquet- y prioriza el funcionamiento colectivo por sobre la habilidad invidivual. La selección estadounidense dejó una buena imagen en este mundial a pesar de haberse ido en octavos de final ante una Bélgica muy superior desde los papeles. Y eso que Klinsmann tuvo la osadía de no haber llevado a Landon Donovan, quien se preparaba para jugar su cuarta copa del mundo y lo bajaron del avión casi a último momento. El mundial pasado no quejabamos de que Parreira no había llevado a Dinho para la verdeamarelha, este mundial la bronca nos quedó por no poder disfrutar al bueno de Landon, que encima es tan buena onda que hace publicidades mofándose de su mala suerte:



       Por último voy a hablar de Argentina, nuestra selección. La antesala del mundial nos expuso nuevamente a cientas de publicidades alusivas que intentan inocularnos el virus nacionalista-futbolero como si fuera que el fútbol fuese el ÚNICO rasgo positivo que nos representa en el mundo, olvidándose con mucha malicia de la birome, el colectivo y el dulce de leche, que tanta gloria nos han dado. Nuestra selección todavía no demostró ese juego de equipo que le permita dar un salto cualitativo sobre el resto, al igual que otras de las potencias de este mundial se apoya en su máxima figura y se esconde abajo de un sofá cual Homero Simpson a esperar que todo se solucione mágicamente -idem Brasil con Neymar, Alemania con Mulher, Bélgica con Hazzard, Holanda con Robben, etc-.


       A mi gusto es una selección sin grises: podemos perder en el próximo partido o quedarnos hasta el 13 de Julio, pero no va a haber medias tintas. Tratemos de comprender la diferencia que hay entre ser pesimista y ser realista, todos queremos salir campeones, pero eso no implica obviar las falencias propias.La lógica indicaría que tiene altísimas chances de quedar al menos entre los cuatro mejores, dado el fixture que se le fue presentando. Pero no quiero adelantarme a los hechos como lo hice con La Naranja Mecánica el mundial pasado... porque claramente la final perida contra España fue responsabilidad en un 10% por el gol de Iniesta en tiempo extra y en un 90% por las fotos de uno de mis posts mundialistas.

El fotomontaje más piedra en la historia de la copas del mundo que no incluye a O Rei Pelé.



Saludos y hasta la próxima!


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